Si es un niño, adquiere de su padre una franqueza y una honestidad ineludibles, que se llevan a la perfección con su buena voluntad natural.
Y el hijo a veces arrastra al padre hacia aventuras alocadas.
Si es una niña, cultivan relaciones de amor-amistad de gran complicidad y muy complementarias.
Ella se realiza en el medio social y de relaciones de su padre, con naturalidad y plenitud.